Narración: 20 de enero de 1900. El cielo sobre Oahu estaba negro por el humo. La peste bubónica había sido descubierta en el barrio chino de Honolulu y las autoridades sanitarias en pánico, hacían lo que podían por detener el contagio.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: En esos días no entendían cómo se transmitía la peste, así que la estrategia de salud pública era aislar a la gente. Cerraban una zona con policías y puestos de control y no dejaban a nadie entrar o salir. Pero si no podían detener el problema, a menudo quemaban edificios de forma selectiva. Su punto de vista era: no nos importa lo que hagan, o si tienen que quemar el lugar, asegúrense de contener la epidemia.
Narración: Los residentes desesperados escapaban de sus casas a medida que el fuego se salía de control. Y grupos de residentes blancos armados con palos y revólveres amenazaban con matar a cualquier asiático que intentara escaparse de la zona de cuarentena.
Nayan Shah, Historiador: Esta era la peste negra de la Edad Media que arrasó con un tercio de la población de Europa.
Titular de un periódico: LA PESTE BUBÓNICA APARECE EN HONOLULU
Nayan Shah, Historiador: Teníamos la sensación de que si no la deteníamos las consecuencias serían terribles.
Titular de un periódico: EL BARRIO CHINO ARRASADO POR LAS LLAMAS
Narración: Los incendios ardieron durante 17 días y dejaron a casi todo el barrio chino en cenizas. 4500 residentes quedaron sin hogar.
La enfermedad más temida de la historia, la peste bubónica, era un misterio no resuelto. Había diezmado las poblaciones de Europa y el norte de África en dos pandemias durante cientos de años, y ahora la tercera arrasaba con Asia.
David K. Randall, Autor, Black Death at the Golden Gate: Era el inicio de la era del barco de vapor. Ahora, las enfermedades, la gente y los productos podían viajar por el mundo muy rápidamente. Y la peste bubónica se extendió por Hong Kong, se extendió a Japón y a la India, y millones de personas empezaron a morir. En esa época, todavía tenían una idea medieval de lo que era esta enfermedad y cómo se transmitía. Mucha gente pensaba que era "miasma", mal aire, o que era simplemente una enfermedad por la suciedad. Otras personas pensaban que era una enfermedad que solo le daba a los asiáticos.
Narración: El racismo y la ignorancia ya estaban en el ambiente cuando la peste bubónica cruzó silenciosamente el Pacífico. Llegaría a América del Norte por primera vez en la historia y provocaría terror, negación y culpa en todo el país.
Dos hombres intentarían detenerla, luchando no solo contra las incógnitas científicas, sino contra inesperadas fuerzas políticas, comerciales y raciales.
28 de junio de 1899: en la fría niebla de la mañana, un solitario pescador italiano hizo un inquietante descubrimiento. Dos cuerpos flotaban boca abajo en la bahía de San Francisco.
La mañana anterior, un barco de vapor japonés, el Nippon Maru había llegado a San Francisco desde Hong Kong, parando en Shanghái, Yokohama y Honolulu. De manera ominosa, llevaba una bandera amarilla, la señal internacional que indica enfermedad.
Marilyn Chase, Escritora: Cuando el Nippon Maru entró a la bahía de San Francisco, dos polizones evidentemente enfermos saltaron por la borda al agua de la bahía. Y cuando recuperaron sus cuerpos, los doctores locales encontraron que tenían algo extraño.
Narración: Preocupados por los resultados de las autopsias y por los informes recientes de la peste en Asia, los doctores de la ciudad enviaron sus resultados a Joseph Kinyoun, la principal autoridad de la peste en EE. UU. y nuevo jefe del Servicio de Hospitales de la Marina en la cercana Isla de los Ángeles.
Marilyn Chase, Escritora: La Isla de los Ángeles en la bahía de San Francisco tenía una estación de cuarentena donde los doctores del Servicio de Hospitales de la Marina revisaban la carga y a los pasajeros en busca de todo tipo de enfermedades.
Narración: El Servicio de Hospitales de la Marina se había creado 30 años antes para tratar a los marineros enfermos. Pero la idea de "salud pública" se había convertido en un asunto de interés nacional. El MSH (por su sigla en inglés) estaba a cargo de frenar la propagación de las epidemias usando los poderes federales de la cuarentena y la vigilancia.
David K. Randall, Autor: Su principal responsabilidad era proteger a la gente de Estados Unidos de la propagación de enfermedades en el mundo. Así que había oficiales del Servicio de Hospitales en Roma, Londres y Asia.
Narración: A pocas semanas de empezar en su nuevo puesto, Kinyoun sabía mejor que nadie que los hospitales en el mundo tenían tasas de mortalidad del 90% por la peste. Y que millones habían perecido a causa de una pandemia que causaba estragos desde la década de 1850. Aunque nadie sabía por qué, las ratas y la suciedad siempre se habían asociado a la peste. Kinyoun ordenó desinfectar el Nippon Maru y buscar si había una plaga a bordo antes de poner en cuarentena a los 55 pasajeros en la Isla de los Ángeles. Luego se enfrentó al paso más importante de todos: determinar cómo habían muerto los hombres.
Joseph K. Houts, Jr., Bisnieto de Joseph J. Kinyoun: Kinyoun sospechaba que era la peste. Y algo mencionaban los periódicos.
Titular de un periódico: SE ENCUENTRAN CUERPOS QUE PODRÍAN TENER LA PESTE
Joseph K. Houts, Jr., Bisnieto de Joseph J. Kinyoun: Kinyoun pensaba que los cuerpos estaban demasiado descompuestos, y no había prueba definitivas. Así que la prensa dio un paso atrás, Kinyoun dio un paso atrás, todos dieron un paso atrás.
Narración: Un diagnóstico positivo habría sido desastroso. Pero la condición de los tejidos y de los cuerpos descompuestos hizo imposible una confirmación forense. Sin pruebas científicas, Kinyoun no podía confirmar que la peste había llegado. Sin embargo, sus años de entrenamiento le enseñaron a permanecer alerta.
Marilyn Chase, Escritora: Joseph Kinyoun era una estrella. Era muy bien educado. Había estudiado con los mejores científicos del mundo para aprender los métodos más modernos del diagnóstico de enfermedades infecciosas. Cuando tenía 27 años, trabajando en el Laboratorio de Higiene de Nueva York, diagnosticó el primer caso de cólera con las nuevas pruebas bacteriológicas en el hemisferio occidental. Era realmente la élite de los científicos americanos.
Narración: Pero su ascenso meteórico fue interrumpido por una tragedia.
Trish Reeves, Bisnieta de Joseph J. Kinyoun: La hija de Joe y Elizabeth Kinyoun murió de difteria a los tres años. Es terrible morir de esa enfermedad y debe haber sido devastador para un padre.
David K. Randall, Autor: La difteria era una de las enfermedades infantiles más devastadoras. Kinyoun fue a Alemania y a París a trabajar con científicos que habían descubierto una cura para la difteria. Y no podía creerlo. Veía a los niños recuperarse como por arte de magia. No podía evitar pensar que veía la cara de su propia hija en todos esos niños. Y eso le dio la idea de que la medicina podía conquistarlo todo.
Narración: A Kinyoun lo impulsó no solo un nuevo propósito, sino las posibilidades.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Joseph James Kinyoun fue un hombre muy particular desde el día que pisó el Servicio de Hospitales de la Marina. Estaba fascinado con la tecnología. Aprendió por sí mismo
radiología, la cual era una técnica nueva a comienzos de siglo. Era un inventor. Inventó una enorme cantidad de máquinas y dispositivos para esterilizar con vapor o químicamente. Se enamoraba de todas las nuevas técnicas y quería dominarlas. Adoptaba ideas muy rápido.
Narración: El científico de 39 años ya había demostrado ser un líder en los incipientes campos de la microbiología y las enfermedades infecciosas. En D.C., Kinyoun convirtió al Laboratorio de Higiene en un centro nacional de investigación moderna, que ayudaba a MHS a identificar enfermedades y a controlar brotes epidemiológicos.
Marilyn Chase, Escritora: Dr. Kinyoun adoraba el Laboratorio de Higiene Nacional. A él y a su familia les gustaba la mejor vida de la costa este y la flor y nata de la sociedad científica de Washington D.C. Sin embargo, Walter Wyman, el Director General del Servicio de Hospitales de la Marina, estaba concentrado en la costa oeste, por donde temía que entraría la peste, y transfirió al joven Joseph Kinyoun a San Francisco a dirigir la estación de cuarentena. Y a Kinyoun no le agradó que lo enviaran a lo que él veía como un puesto fronterizo.
Narración: La estación de cuarentena de la Isla de los Ángeles en el medio de la bahía de San Francisco era un grupo de edificios sucios y abandonados. Kinyoun tenía que lidiar con un lugar de trabajo completamente inadecuado para la urgente tarea de proteger al país de una epidemia mortal.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: El Servicio de Hospitales de la Marina era una rama uniformada del gobierno de Estados Unidos. Y el mismo Kinyoun era un tipo muy militar. Siempre seguía las órdenes, hacía lo que le decían y nunca se quejaba. Claramente era el mejor hombre para el trabajo. Él probablemente lo sabía. Así que, como en todo, se dedicó a eso al 100%.
Narración: Desde el momento en que Kinyoun asumió su puesto en California, había estado en alerta por la peste. San Francisco era el puerto más concurrido de la costa oeste, conectado por ferrocarril con el resto del país. Estaba demasiado bien ubicado para propagar enfermedades por todas partes. Pasar por alto un solo diagnóstico sería catastrófico.
Nayan Shah, Historiador: Joseph Kinyoun estaba resuelto a revisar todos los barcos de Asia. Porque cuando la peste bubónica apareció en Honolulu, y se descubrió en el barrio chino, se convirtió en una especie de sesgo de confirmación. Solo iba a afectar a los chinos. Que uno podía contenerlo de algún modo. Y eso creó una dinámica terrible. Solo generó más miedo, más confusión, más malentendidos. Y todo se centró en que la fuente era china.
Narración: Al amanecer el siglo XX todos celebraron; ningún lugar tenía la arrogancia optimista de San Francisco. Era el hogar de una de cada cuatro personas que vivían al oeste de las Rocosas. Un tercio del dinero del país al oeste del Mississippi fluía por sus bancos. Era un centro comercial, la puerta hacia el este, y el diamante en la corona de un estado ya rico en recursos naturales. Era realmente la ciudad del futuro.
Marilyn Chase, Escritora: Como ciudad en auge por la fiebre del oro, San Francisco tenía dinero nuevo. Tenía tres óperas, magnates ferroviarios y mineros viviendo en palacios y un nuevo sistema de tranvías. San Francisco en 1900 aspiraba a ser el París de la costa del Pacífico.
Narración: Casi el 6% de la población de la ciudad vivía en un distrito de 12 manzanas.
Rev. Harry Chuck, Activista Comunitario: El barrio chino es mi hogar y siempre lo será. Mi madre nació en el año 1900 en el barrio chino de San Francisco. Y ella vivió en el barrio chino toda su vida porque no tenían opción. No les permitían mudarse afuera del vecindario. Había cosas prohibidas, había discriminación y la gente estaba muy estereotipada.
Mae M. Ngai, Historiadora: Los barrios chinos existen porque no se les permitía vivir en barrios de blancos ni en ningún otro barrio. Son lo que los sociólogos llaman enclaves étnicos, donde a la gente le gusta vivir con gente que habla su idioma, o come comida similar, o practica la misma religión, pero también es donde los confinan. Esos barrios son una combinación de solidaridad étnica y de discriminación y exclusión.
Narración: Al comienzo del año de la rata, el 31 de enero de 1900, los comerciantes del barrio chino notaron algo inquietante: cadáveres de ratas cubrían los callejones y los patios del distrito. Y para Wong Chut King, de 41 años, algo definitivamente estaba mal. Wong trabajaba en un depósito de madera y vivía en el hotel Globe en la avenida DuPont, la principal arteria del barrio chino.
David K. Randall, Autor: Compartía una cama con otros dos hombres. Se turnaban para dormir. Su existencia era solo sobrevivir. Él, como mucha gente que venía de China, esperaba que su estadía en San Francisco fuera corta. Vendrían, ganarían mucho dinero, y volverían a su casa siendo ricos. Eso no funcionó para la gran mayoría.
Narración: Durante varias semanas, Wong Chut King luchó con la fiebre, el agotamiento y ganglios linfáticos inflamados o "bubones". Dado que los hospitales no admitían a los chinos, buscó remedios chinos tradicionales, pero nada parecía ayudarlo. Al final, estaba demasiado enfermo para moverse.
David K. Randall, Autor: Sus compañeros de habitación veían que estaba muriendo. Lo llevaron a lo que se llamaba el Salón de la Tranquilidad.
Guenter B. Risse, Historiador: Los chinos tienen una mirada holística. Creen que al morir deben atender su espíritu. Y sus restos debían regresar debido a su creencia de que los ancestros jugaban un gran rol en el más allá.
Mae M. Ngai, Historiadora: Una fuente de desconfianza entre la comunidad y los doctores occidentales era una visión muy diferente sobre la vida y la muerte. No debían cortar el cuerpo, las autopsias eran un anatema, el alma debía regresar a la aldea donde nació. Así que los chinos eran muy cuidadosos.
Marilyn Chase, Escritora: Así que fue un asunto muy discreto. Y Wong Chut King murió solo el seis de marzo de 1900.
Narración: La ley estatal requería un certificado de defunción, así que un inspector fue enviado a examinar el cuerpo.
David K. Randall, Autor: Notó un bubón en la ingle de Wong Chut King y se alejó de un salto porque sabía lo que era. Sabía que era un síntoma de la peste bubónica. Así que pensó: "Voy a tomar una muestra de tejido del cuerpo de Wong Chut King. Y voy a llevársela a Kinyoun a la Isla de los Ángeles. Voy a dejar que él decida si es la peste o no".
Narración: Kinyoun sabía sobre los "bubones", que es de donde viene la palabra "bubónica". Los ganglios inflamados eran un síntoma de la peste. Sin embargo, sabía que no era suficiente para un diagnóstico y tenía que estar 100% seguro.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Para probar científicamente que alguien murió de la peste, no se puede hacer solo examinando al paciente vivo o al cadáver. Había que aislar al organismo del tejido.
Narración: En 1900, la microbiología todavía era un campo novedoso. Y la idea de que los gérmenes podían causar enfermedades no era del todo aceptada, ni siquiera por muchos doctores. El superior de Kinyoun, Walter Wyman, había publicado un artículo sobre la peste lleno de especulaciones y desinformación: que la enfermedad se propagaba por el polvo y por alimentos y objetos contaminados. Wyman también apoyaba las teorías raciales de la época que decían que la enfermedad atacaba a los asiáticos y no a los blancos.
Título del artículo escrito por el Director General de Salud Pública Water Wyman: Algunas Razones para la Exclusión China. Carne versus Arroz.
David K. Randall, Autor: El mismo Director General Wyman dijo que era solo una enfermedad de los que comían arroz. Si comías una "dieta muscular de carne", eras inmune a la enfermedad de alguna manera.
Narración: Tal ignorancia era prevalente en parte debido al hecho de que la confirmación científica podía tardar años. Sin embargo, científicos europeos habían identificado a la bacteria de la peste usando una prueba llamada tinción de Gram.
May C. Chu, Microbióloga Médica: La peste bubónica se transmite por una bacteria llamada Yersinia pestis. Y la tinción de Gram se usa en el microscopio para acentuar la diferencia de colores. Así se puede ver la bacteria en lo que llamamos frotis. Y Yersinia pestis se tiñe de rosa.
Narración: Al ser el primer americano en haber estudiado los bacilos, Kinyoun era sin duda el científico mejor calificado en el país para examinar la peste. Horas después de la muerte de Wong, emprendió el riguroso trabajo forense usando la muestra tomada del cadáver.
Marilyn Chase, Escritora: Aislar el germen en la biopsia, evaluarlo con la tinción de Gram.
Ponerlo debajo del microscopio...
...y buscar los característicos bacilos rosa en forma de vara con puntas redondeadas. Y esa era la marca distintiva de la peste.
Narración: Pero la presencia del marcador no era suficiente para confirmar un diagnóstico. Kinyoun tenía que hacer un cultivo en su laboratorio, lo cual llevaría tiempo,
y no había tiempo que perder. No podía evitar preguntarse: ¿cuánta gente habrá infectada?
En la bahía de San Francisco, el Consejo de Salud de la ciudad temía esperar. Para ellos, era claramente un "problema de los chinos" confinado al barrio chino. Así que decidieron controlarlo poniendo en cuarentena a todo el distrito.
Un día después de la muerte de Wong Chut King, la comunidad china se despertó y encontró acordonando su distrito de 12 manzanas. De un día para el otro, 20 mil personas, casi todos los asiáticos de la ciudad, se convirtieron prácticamente en prisioneros.
Charles McClain, Historiador del Derecho: Lo que era inusual era que no se aplicaba a la casa en particular donde habían encontrado al hombre, sino que se aplicaba a todo el distrito chino, sellando una zona entera de la ciudad.
Nayan Shah, Historiador: Existía la idea de que los chinos portaban una forma muy virulenta de algún tipo de enfermedad, ya fuera viruela, sífilis o la peste bubónica. Y que la enfermedad era endémica en sus cuerpos y tal vez podría infectar a la inocente clase media blanca.
Charles McClain, Historiador del Derecho: Existía la opinión de que los asiáticos eran más susceptibles a la enfermedad que los blancos. Y era una opinión ampliamente compartida en esa época.
David K. Randall, Autor: Los residentes del barrio chino estaban atrapados. No les permitían ser ciudadanos. No les permitían ser dueños de propiedades. No tenían muchos derechos fundamentales.
Narración: En 1900, el sentimiento contra los chinos no era algo aislado: era parte de la ley federal. La Ley de Exclusión China de 1882 le prohibía a los chinos la ciudadanía, básicamente relegándolos al margen de la sociedad.
John A. Powell, Historiador del Derecho: Los chinos no eran vistos como humanos desde antes de la Ley de Exclusión China, y por eso aprobaron la ley. La única vez en nuestra historia que nombramos específicamente a una etnia para decir que no podían venir a EE. UU., que no pertenecían aquí, que eran demasiado diferentes.
Marilyn Chase, Escritora: La construcción del ferrocarril transcontinental requirió mucho trabajo duro, y los trabajadores chinos lo habían realizado. Pero cuando terminaron la construcción, dejaron de ser bienvenidos. Y los trabajadores chinos que habían sido esenciales, se consideraba que sobraban, ahora le quitaban trabajo a los blancos. El movimiento por el trabajo blanco era muy hostil.
Titular de un periódico: LA LEY DE EXCLUSIÓN CHINA
Mae M. Ngai, Historiadora: Habían pasado casi 20 años desde la Ley de Exclusión. Y fueron unas décadas muy tumultuosas en las que el gobierno intentó quitarles ese derecho, imponer esa ley discriminatoria, para ahuyentar a la gente.
Narración: La comunidad china vio el cordón como lo que era: la más reciente injusticia en su contra basada en evidencia poco sólida y una excusa conveniente.
Marilyn Chase, Escritora: La población se oponía violentamente al encierro dentro del barrio chino. Mucha gente trabajaba fuera del distrito. Tenían que ir a sus trabajos. Y curiosamente, la comunidad blanca aunque no muy solidaria con el punto de vista de la gente del barrio chino, quería que sus cocineros, jardineros y otros empleados domésticos volvieran a trabajar. Así que todos los bandos estaban en guerra.
Titular de un periódico: COMPLETA CUARENTENA EN EL BARRIO CHINO. Esperando los resultados de la prueba bacteriológica.
Marilyn Chase, Escritora: Y el 10 de marzo quitaron las cuerdas.
Titular de un periódico: LA FARSA DE LA PESTE CAUSA ESTRAGOS EN EL COMERCIO
Charles McClain, Historiador del Derecho: Así que la primera cuarentena en el barrio chino no duró mucho, solo tres días.
Titular de un periódico: Bloqueo en el barrio chino se levanta a toda prisa.
Titular de un periódico: SE LEVANTÓ LA CUARENTENA EN EL BARRIO CHINO, TEMORES PROBARON NO TENER FUNDAMENTOS
David K. Randall, Autor: Debido a que la cuarentena se terminó tan rápido, mucha gente en San Francisco pensó que fue toda una farsa. Erosionó la confianza pública inmediatamente.
Titular de un periódico: SOLO SOSPECHAS.
Narración: Frente a esa aparente incompetencia, la respuesta de la ciudad fue de alivio y divertido desprecio.
Marilyn Chase, Escritora: Uno de los periódicos celebró el fin de la cuarentena escribiendo un poema tonto: "El dulce Fong volvió a su trabajo y la cocina impera".
Ya que la gente había recuperado a sus sirvientes domésticos, esa supremacía racial emanaba de cada rincón de la ciudad.
Narración: Solo en su laboratorio en la Isla de los Ángeles, Kinyoun había logrado cultivar exitosamente al microorganismo en menos de 48 horas. Pero el próximo paso,
inyectarlo en un animal sano para ver qué pasaba, llevaría días. Una vez más, Kinyoun tomó precauciones adicionales, eligiendo inocular no a uno, sino a cuatro animales: dos conejillos de indias, una rata y un mono.
Joseph K. Houts, Jr., Bisnieto de Joseph J. Kinyoun: Tres de los animales murieron muy rápido. Y el último, el mono, era su última esperanza. Si no moría, entonces quizá no era la peste. Pero murió.
Narración: El 13 de marzo, siete días después de la muerte de Wong, Kinyoun finalmente podía confirmar la causa de su muerte. Wong se convirtió en el primer caso diagnosticado de la peste bubónica en EE. UU., pero Kinyoun temía que no sería el último.
David K. Randall, Autor: Kinyoun envió inmediatamente un telegrama codificado a D.C. "Pueblerino confirmado". Y ese era el código de que la peste estaba aquí.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: El jefe de Kinyoun, Walter Wyman, creía que, si la peste se salía de San Francisco, recorrería todo el país y habría incontables muertes. Así que la gente en Washington estaba alarmada, y su punto de vista era: "No nos importa lo que hagan o si tienen que quemar el lugar, solo asegúrense de contener esta epidemia. Es una emergencia nacional".
Fragmentos del telegrama de Kinyoun al Director General Wyman: Director General. Washington, D.C. más grave que Honolulu. Kinyoun.
Fragmentos del telegrama de Director General Wyman a Kinyoun: Confidencial. Wyman. ¿Más urgente?
Narración: Mientras los oficiales intentaban coordinar una respuesta, el diagnóstico de Kinyoun llegó rápidamente a los líderes de San Francisco. Pero comerciantes y políticos poderosos como el alcalde James Phelan se rehusaron a aceptarlo.
Guenter B. Risse, Historiador: El comercio marítimo en todo el mundo era una fuente de ingresos muy, muy importante. Así que si la peste estaba en San Francisco, la ciudad sería bloqueada, ya no estaría abierta. Había industrias en juego.
Charles McClain, Historiador del Derecho: A Phelan le preocupaba mucho que, si se decía que San Francisco tenía casos de la peste, el comercio de la ciudad sufriría un golpe terrible.
Narración: Los líderes de la ciudad estaban acostumbrados a la autonomía y no les gustaba que les dijeran qué hacer, especialmente las autoridades a nivel federal.
Nayan Shah, Historiador: Con el Servicio de Hospitales de la Marina, el gobierno federal se estaba involucrando en la salud pública de todo Estados Unidos. Y sentían que tenían la autoridad suprema. Pero el gobierno de la ciudad y la élite comercial les decía: "Nosotros tenemos jurisdicción en San Francisco". Los oficiales del estado y el gobernador pensaban: "Nosotros tenemos autoridad sobre toda California".
David K. Randall, Autor: E inmediatamente se convirtió en una cuestión de quién tenía autoridad. Si hay un brote, ¿es responsabilidad federal? ¿O es la responsabilidad de la ciudad o del estado?
Narración: A la mayoría de los residentes no les importaba. No les importaba la muerte de un desconocido en el barrio chino, especialmente con la creencia de que los blancos eran inmunes. En cuanto a los líderes de la ciudad, mientras se negaban a aceptar el diagnóstico de Kinyoun, estaban de acuerdo en que el llamado "problema chino" debía contenerse.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: No entendían cómo se transmitía la peste bubónica. Pero sabían que si ocurría en una ciudad sería en una zona. El plan de salud pública fue encontrar el foco y hacer lo necesario para eliminar la enfermedad.
Titular de un periódico: EL BARRIO CHINO SERÁ TRATADO A UN BAÑO GENERAL
Narración: Cuando el alcalde Phelan declaró: "las infecciones asiáticas son una amenaza constante a la salud pública de San Francisco", 75 inspectores de sanidad y docenas de policías armados con mazos y hachas llegaron a un barrio chino desprevenido. Rompieron puertas, saquearon casas, robaron y golpearon a todo el que se opusiera.
Marilyn Chase, Escritora: Tomaron medidas contra la peste que incluían la quema de pertenencias, trajeron quemadores de azufre y fumigaron edificios. Si eras un comerciante que vendía seda o cerámica, te arruinaban la mercancía. Estas medidas, que eran primitivas y discriminatorias y no eran muy efectivas, atemorizaron a la población. La gente no quería informar un caso de enfermedad en su hogar.
Bruce Quan, Jr., Bisnieto de Lew Hing: En 1900, en la época de la peste bubónica, mi bisabuelo tenía un negocio llamado la Compañía de Empaquetado de Frutas del Pacífico. Y mi familia vivía sobre la fábrica de enlatados en la calle Stockton en el barrio chino. Iban a la iglesia donde Ng Poon Chew era el asistente del pastor. Y por eso, cuando él creó un periódico, mi bisabuelo lo ayudó a financiar el Chung Sai Yat Po. Y en el barrio chino, colgaban algunos periódicos en las paredes. Así que los chinos sabían exactamente qué estaba pasando.
Fragmento del periódico Chung Sai Yat Po: Acoso por fumigación.
Fragmento del periódico Chung Sai Yat Po: Falsa acusación de peste obstruyendo ventas.
Nayan Shah, Historiador: Ng Poon Chew y su periódico documentaron los miedos y preocupaciones de los trabajadores chinos, la desconfianza en la autoridad médica occidental, sus miedos sobre lo que les iba a pasar desde una perspectiva china.
Fragmentos del periódico Chung Sai Yat Po: El mono está muerto.
Voz leyendo un fragmento del periódico Chung Sai Yat Po Daily: "¿Por qué debe depender el buen nombre del barrio chino de la vida o la muerte de un mono? No sabemos si están del lado del barrio chino o del mono". Chung Sai Yat Po Daily
Narración: Nueve días después de la muerte de Wong Chut King, Kinyoun confirmó tres casos más, todos en el barrio chino.
Kinyoun había temido un brote así desde el principio, sabiendo que incluso un puñado de casos podía explotar exponencialmente y convertirse en una epidemia nacional en semanas.
La urgencia de la situación llamó la atención del magnate de los periódicos William Randolph Hearst. El 18 de marzo, su periódico, The New York Journal, publicó una edición nacional especial pregonando la sensacional historia de California.
Presionados por los accionistas comerciales, los líderes de San Francisco respondieron rápidamente, reclutaron a los editores de los principales periódicos para desestimar los "rumores".
David K. Randall, Autor: El ayuntamiento y la élite de San Francisco tenían la misma idea: "No vamos a publicar ninguna noticia sobre la peste". El Chronicle decía: "Vamos a escribir una editorial que diga que Kinyoun y cualquier otra persona del Servicio de Hospitales está intentando robarle a San Francisco".
Marilyn Chase, Escritora: El Dr. Joseph Kinyoun era un hombre orgulloso. Pensaba que las herramientas de la ciencia, la iluminación de su tecnología, eran un regalo. Y esperaba, con mucha razón, que lo respetaran por lo que le daba a la ciudad. Y no recibió nada de eso. Porque desde el momento que Kinyoun diagnosticó la peste en Wong Chut King, la ciencia estuvo en juicio.
Trish Reeves, Bisnieta de Joseph J. Kinyoun: Y la peste bubónica fue llamada la "mentira de Kinyoun".
Titular de un periódico: OBLIGAN AL CONSEJO DE SALUD A ABANDONAR EL ENGAÑO DE LA PESTE.
Titular de un periódico: LA PESTE FALSA HA EXPLOTADO.
Titular de un periódico: RENOVARÍA LA CUARENTENA.
Titular de un periódico: CONSUL PRONUNCIA EL ENGAÑO DE LA AMENAZA.
Titular de un periódico: LA FALSA PESTE PARTE DE UN COMPLOT PARA ROBAR
Narración: Mientras la tormenta mediática giraba a su alrededor, un Kinyoun frenético rastreaba los últimos días de vida de cada víctima en un intento desesperado por determinar quién o dónde sería la próxima.
David K. Randall, Autor: Lo que aterrorizaba a Kinyoun cuando comenzó a identificar la enfermedad es que encontraba una víctima y no encontraba conexiones con la siguiente. Es como si estuviera viendo el océano y no pudiera verlo, pero sabe que hay algo ahí. Y no sabía qué era.
Marilyn Chase, Escritora: Era un misterio. Avanzaba muy lentamente. Había uno caso o dos casos y luego se detenía. Kinyoun intentó descifrarlo.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Estaba buscando otros casos de la peste. También sabía que por el modo en que trataban al barrio chino, las autoridades locales, podrían estar escondiendo casos.
Voz leyendo un fragmento del periódico Chung Sai Yat Po Daily: "Sospechas por todas partes y las sombras son enemigos". Chung Sai Yat Po Daily
Marilyn Chase, Escritora: Una muerte por peste requería una autopsia para confirmarla. Era una ofensa para la cultura. Así que nadie quería llamar a los científicos.
David K. Randall, Autor: Y se convirtió en un juego de gatos y ratones. Y la gente seguía cuestionándolo. Si la peste da tanto miedo como dice, debería haber cadáveres por todas partes. También deberíamos ver víctimas vivas luchando con esto.
Titular de un periódico: LOS CHINOS ESCONDEN A LOS ENFERMOS DE LOS OFICIALES
Titular de un periódico: LA PESTE UN FANTASMA
Titular de un periódico: NO SE ENCUENTRA PESTE
Charles McClain, Historiador del Derecho: La gente pensó: "Si la peste existe, debería estar propagándose como un incendio. ¿Por qué no hay cientos de personas infectadas?".
Titular de un periódico: LA PESTE BUBÓNICA EN SAN FRANCISCO
Charles McClain, Historiador del Derecho: Y obviamente le hizo las cosas más difíciles a Kinyoun porque enfrentados con evidencia muy clara, la gente negaba que la peste existiera.
Narración: Cuando tres personas más murieron a mitad de mayo, Kinyoun le escribió a Wyman con un plan sin precedentes. Proponía vacunar a todos los residentes del barrio chino con la nueva vacuna de Haffkine.
En 1900, la vacunación todavía le daba miedo a la mayoría. Pero en el barrio chino, la propuesta se complicó aún más por la oscura dinámica racial de la época.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Había una larga historia de gente blanca, descendientes de europeos, que trataba mal a los chinos. Así que la expectativa racional era que si la estructura de poder blanca quería hacer eso, algo no estaba bien.
Mae M. Ngai, Historiadora: La relación china con las autoridades de sanidad no era positiva. Había una historia de negligencia malintencionada. Se le rehusaba el tratamiento a los chinos en los hospitales. Fue solo ese año que dejaron abrir una clínica china en el barrio chino llamada Dispensario Tung Wah. Así que los chinos no confiaban en las autoridades sanitarias de la ciudad. Además, no estaban vacunando a los blancos. Así que parecía que estaban enfocados en ellos.
Narración: La vacuna de Haffkine casi no se había sometido a ensayos. Los datos mostraban una tasa de protección del 50%. Además, los supuestos efectos secundarios de la droga eran tan notorios que un reportero amarillista de un periódico de Hearst se ofreció como voluntario para que lo inyectaran.
Voz leyendo el reporte de J. A. Boyle del San Francisco Examiner: “En menos de dos horas, el suero se había esparcido por mi sistema y comencé a sentir sus efectos. El dolor se extendió por el pecho, el brazo, incluso a mi cuello y cabeza. Mi brazo izquierdo estaba entumecido. El dolor en mi hombro, pecho, cuello y brazo fue muy severo".
Narración: De los miles de chinos que vivían en San Francisco, solo 53 estaban dispuestos a vacunarse.
Desesperado, Kinyoun le escribió a Wyman:
Voz leyendo un telegrama de Joseph Kinyoun a Wyman: "La situación es muy grave. Requerirá esfuerzos sobrehumanos controlarla. Se perdió mucho tiempo".
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Y fue entonces que el Servicio de Hospitales de la Marina tuvo que realizar su primera medida autoritaria contra la peste.
David K. Randall, Autor: El Director General Wyman le escribió a Kinyoun: "Tú eres nuestro hombre en San Francisco. Todo depende de ti. Tú tienes que protegernos a todos".
Narración: Ahora encargado de vigilar toda la costa oeste, Kinyoun contrató rápidamente oficiales adicionales a quienes envió a California y a Oregón para aumentar las inspecciones y patrullas. También hizo obligatoria la vacunación, y se concentró especialmente no solo en los chinos, sino en los japoneses, prohibiéndoles viajar.
Charles McClain, Historiador del Derecho: El 18 de mayo, el Consejo de Salud de San Francisco aprobó una resolución que ordenaba a las compañías a rehusarle el transporte a los chinos y japoneses que no tuvieran el certificado que decía que esa persona había sido inoculada con la vacuna de Haffkine. Y es muy claro que apoyaban las recomendaciones que Kinyoun les había enviado. Así que les dijeron a los chinos y japoneses: "Háganlo o quedarán encerrados en San Francisco. No podrán salir". Se los obligaba por coerción.
Voz leyendo un fragmento del periódico Chung Sai Yat Po Daily: "Los doctores van a obligar a nuestro pueblo chino a vacunarse. Mañana, todos los negocios, grandes y pequeños, deben cerrar y esperar a que esta acción injusta se solucione". Chung Sai Yat Po Daily
Narración: Con la espalda contra la pared, un barrio chino desafiante acudió a sus propios líderes, un consorcio de asociaciones del distrito llamado las Seis Compañías Chinas.
Mae M. Ngai, Historiadora: Sus líderes eran los comerciantes más importantes del barrio chino, los miembros más influyentes de sus asociaciones. En cualquier disputa con el gobierno de la ciudad o del estado, los chinos enviaban a sus representantes a negociar o a protestar.
Narración: Los líderes chinos se reunieron con Kinyoun en el consulado y le rogaron que cancelara sus planes. Cuando se rehusó, sintieron que no tenían otra opción que protestar en la calle. Desde comerciantes poderosos a trabajadores humildes, todo el barrio chino actuó de inmediato para protestar contra las órdenes de Kinyoun.
Marilyn Chase, Escritora: Hubo disturbios. Mil manifestantes chinos fueron a Portsmouth Square en el barrio chino donde los doctores federales habían puesto carpas para vacunar a la gente. Y arrancaron los adoquines de la calle y los tiraron a las ventanas de las tiendas y tiraron muebles a la calle.
Titular de un periódico: SEÑALES DE DISTURBIOS ENTRE LOS CHINOS EN CUARENTENA
Marilyn Chase, Escritora: Se enfrentaron a él y le dijeron: "No vamos a aceptar estas medidas".
Fragmento del periódico Chung Sai Yat Po: EL BLOQUEO ES UNA VIOLACIÓN DE LA LEY
Fragmento del periódico Chung Sai Yat Po: EL DOCTOR DICE LOCURAS
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Fue tan terrible que cien policías tuvieron que proteger a Kinyoun porque la muchedumbre lo habría matado.
Mae M. Ngai, Historiadora: Los chinos de San Francisco eran acosados, pero también pelearon por todo, en casos legales impulsados por los líderes de la comunidad, los líderes comerciantes. A veces junto al cónsul chino, demandaban al gobierno por todo.
Narración: Se revelaron para luchar contra la prohibición de viajar. A días del mandato, se inició una demanda colectiva contra Kinyoun y el Consejo de Salud de San Francisco.
Marilyn Chase, Escritora: Un empresario llamado Wong Wai presentó una demanda, fue a la corte y acusó al Dr. Kinyoun y a todos los involucrados de haber violado los derechos de los chinos.
Charles McClain, Historiador del Derecho: Había una petición para impedir que las autoridades sanitarias le prohibieran a la gente salir de la ciudad. Era discriminación racial y estaba prohibida por la decimocuarta enmienda. La cual dice: "Ningún estado le quitará a alguien la vida, la libertad o la propiedad sin un proceso legal, ni le negará a toda persona dentro de su jurisdicción la protección igualitaria de la ley". Los chinos no podían convertirse en ciudadanos, pero se habían asegurado el reconocimiento como personas constitucionales. Y como tales, estaban bajo la protección de la decimocuarta enmienda.
Nayan Shah, Historiador: El caso de la corte se resumía en una pregunta. ¿Es este un uso injusto de la ley que se centra en un grupo debido a su raza?
Marilyn Chase, Escritora: El juez estuvo de acuerdo con los chinos. Y dijo: "No me mostraron ninguna prueba de que esto es una enfermedad que sea más fácilmente contraída o transmitida por los chinos". Dijo: "Esta prohibición de viaje ha sido aplicada de forma ilegal con maldad y desigualdad, centrada en teorías raciales de transmisión de enfermedades que no tienen ningún rigor científico".
Narración: Además, el juez emitió una orden de restricción contra Kinyoun y le sugirió a él y a MHS, de manera categórica, retroceder. Herido por el enfático fallo, Kinyoun le contó sus miedos a Wyman.
Voz leyendo un telegrama de Joseph Kinyoun al Director General Walter Wyman: "Creo que la situación de Estados Unidos es muy grave. La decisión prácticamente anula todas los acciones del gobierno federal. Es el golpe más fuerte que haya recibido el Servicio". Joseph Kinyoun
Narración: Firme en sus convicciones, Kinyoun ignoró al juez y continuó imponiendo las medidas científicas de aislamiento y saneamiento. Presionó por crear campamentos en la Isla de los Ángeles y en la remota Mission Rock para detener a la gente que podría tener la peste.
Marilyn Chase, Escritora: Ahora amenazaban con llevarse a la gente a la fuerza.
Titular de un periódico: Centro de detención se establecerá en Mission Rock y ahí llevarán a los chinos.
Marilyn Chase, Escritora: Y a la cabeza de todo estaba Dr. Kinyoun, así que fue llamado el Doctor Lobo. Adquirió ese apodo por lo que percibían como una actitud irritable y entrometida, agresiva, un ataque a la gente, como echando sal en la herida.
Voz leyendo un fragmento del periódico Chung Sai Yat Po Daily: "El doctor lobo está mostrando sus garras y dientes. La relocalización forzada a una remota isla helada nos deja sin alas para volar". Chung Sai Yat Po Daily
Mae M. Ngai, Historiadora: La ciudad y las autoridades sanitarias nunca estuvieron interesadas en mejorar las condiciones del barrio. Lo que querían era aislar a la comunidad china, proteger a los blancos, y ese era su objetivo. No había cómo ganarse la confianza de la gente porque la situación se había deteriorado mucho.
Narración: Y ahora otros estados comenzaban a hacerle presión comercial a California. Todo explotó en una amarga reunión de tres días donde Kinyoun participó a la fuerza.
Charles McClain, Historiador del Derecho: El estado de Texas estaba impidiendo que la gente y los productos de San francisco entraran a Texas. Así que el Consejo de Salud estatal estaba presionando al Consejo de Salud local, diciéndole que tiene que poner al barrio chino en cuarentena.
Narración: El 28 de mayo, Kinyoun se regocijó en privado cuando el Consejo de Salud estatal logró lo que él pensaba ser la mejor opción: un cierre completo e indefinido del barrio chino. A las pocas horas, 159 policías llegaron al distrito trabajando en tres turnos las 24 horas.
Charles McClain, Historiador del Derecho: Comenzaron a poner alambre de púas alrededor del barrio, comenzaron a construir un muro a su alrededor. Y a los chinos les queda claro que esta no era como la primera cuarentena. Los chinos se molestaron muchísimo, tan pronto declararon la cuarentena.
Narración: Una vez más, cerca de 20 000 personas estaban encerradas. No tenían idea de cuándo las dejarían salir o de si las autoridades intentarían quemar el distrito como había pasado en Honolulu meses atrás. Sin servicio de tranvías, ni cargamentos de comida y otros productos esenciales, el pánico se extendió rápidamente.
John A. Powell, Historiador del Derecho: Fue draconiano para los chinos. Había una interacción complicada entre la ciudad, el estado y el gobierno federal. Pero había un consenso entre todos ellos de que el origen del problema eran los chinos. Y si podían controlar a los chinos, podrían controlar a la peste.
Nayan Shah, Historiador: La gente dudaba. ¿Es esta la manera en que las autoridades sanitarias, a quienes no les importamos, quieren erradicarnos?
Narración: Una vez más, los chinos usaron su herramienta más poderosa.
Charles McClain, Historiador del Derecho: Volvieron a presentar una demanda que llevó al segundo caso, Jew Ho vs. Williamson. Y de nuevo, Kinyoun fue el demandado.
Marilyn Chase, Escritora: Un tendero en la calle Stockton llamado Jew Ho notó que las líneas de cuarentena no estaban en línea recta rodeando todos los negocios, sino que iban en zigzag para excluir a los blancos. Y no estaba diseñada para proteger la salud de todo un distrito, sino para aislar a los chinos.
Bruce Quan, Jr., Bisnieto de Lew Hing: La línea de cuarentena estaba sobre la calle Stockton, así que la fábrica de enlatados estaba en cuarentena. Y los trabajadores blancos, mujeres y niñas, empleados por Lew Hing en la fábrica podían ir y venir, pero los chinos no podían.
Charles McClain, Historiador del Derecho: El juez dijo que era muy claro que los blancos en el perímetro estaban siendo tratados de forma diferente. Y tenía que ver con si esto era un uso razonable del poder policial. Y de nuevo la corte dijo que no, no lo era. Porque no estaban protegiendo a los chinos. No se les impedía juntarse entre ellos. Los individuos que tenían contacto con la gente que había muerto de la peste no estaban en cuarentena. Así que si la idea era prevenir la propagación de una enfermedad contagiosa, ¿no era esta una manera irracional de hacerlo?
Titular de un periódico: CUARENTENA ELIMINADA
Narración: Un día después del fallo, Kinyoun impuso una prohibición de viajar para todos los californianos, sin importar su raza. Eso quería decir que nadie podía salir del estado sin el certificado de salud que el daba.
Marilyn Chase, Escritora: Y claro, eso lo convirtió en una amenaza para la ciudad y para todo el estado de California. El Dr. Kinyoun era un oficial que daba órdenes desde arriba. Lideraba emitiendo diagnósticos científicos. Eso funcionaba muy bien en el laboratorio, pero no tan bien en la calle.
Narración: Tres días después, el 19 de junio de 1900, Kinyoun recibió un revés muy duro. El presidente William McKinley se vio obligado a disculparse frente a legisladores estatales iracundos por las acciones de su oficial federal y revocó rápidamente la prohibición de viajar. Desesperado por hacer lo correcto, Kinyoun jugó su carta más grande. Y perdió.
Narración: Pero la situación solo empeoró. Hasta ahora había 13 muertes confirmadas por la peste, todos chinos. Desde el comienzo, la pseudociencia racial había llevado a muchos a confiarse demasiado por su propia ignorancia. Aun más, la enfermedad iba y venía en olas misteriosas e inexplicables.
Kinyoun temía que la peste se propagara en las sombras. Esto fue confirmado a mediados de agosto cuando la primera víctima blanca, William Murphy, se enfermó y murió. Era un trabajador que hacía entregas en el barrio chino, y fue seguido por otra víctima que no era china, una enfermera del Hospital de Niños que nunca había estado en el distrito.
En pánico porque la enfermedad había comenzado a propagarse, Kinyoun puso a todos sus hombres en alerta. A finales de septiembre, un barco llamado Coptic llegó de Hawái y atracó en la Isla de los Ángeles. Un oficial sanitario le ordenó a todos los pasajeros, ricos y pobres, hombres y mujeres, hacer un registro personal para buscar bubones en sus axilas e ingles. Los pasajeros de primera clase estaban indignados y juraron no volver nunca a San Francisco mientras Kinyoun estuviera a cargo.
Marilyn Chase, Escritora: Y ahora, todos iban por él.
Titular de un periódico: ¿SE ENLOQUECIÓ KINYOUN?
David K. Randall, Autor: El senado estatal de California dijo que deberían colgar a Kinyoun por lo que hacía.
Marilyn Chase, Escritora: Había sido condenado por los políticos y la prensa. Los legisladores querían que se fuera, y le pedían al gobierno federal que lo trasladara fuera de la ciudad. Ya habían golpeado al Dr. Kinyoun en los tribunales: él defendía su hipótesis, su diagnóstico y su lugar en el Servicio de Hospitales de la Marina. Así que literalmente era un hombre asediado.
Voz leyendo un telegrama de Joseph Kinyoun al Director General Walter Wyman: "Me parece que los intereses comerciales de San Francisco son más importantes para sus habitantes que la preservación de la vida humana. Estoy en guerra con todo el mundo aquí". Joseph Kinyoun
Marilyn Chase, Escritora: El gobernador de California propuso una teoría conspirativa. Dijo que el Dr. Kinyoun y los doctores federales habían creado una peste falsa inyectando cadáveres con la bacteria de la peste que habían importado en secreto. Que todo era inventado. Y plantó la semilla de la duda en la cabeza de la gente. Eso fue demasiado para Dr. Kinyoun. Y desesperado y enojado, le mandó un telegrama a su jefe, el Director General Walter Wyman y le dijo: "Por favor, defiéndame de estas calumnias contra mí y contra el Servicio de Hospitales de la Marina".
Narración: Pero Wyman decidió permanecer en silencio. Kinyoun quedó indefenso y totalmente solo. Desesperado, le escribió a un colega.
Voz leyendo un telegrama de Joseph Kinyoun a un colega: "Mi exoneración depende de que el Dr. Wyman declare abiertamente su responsabilidad por mis acciones como oficial. Debería hacerlo, si posee la valentía de un hombre. Todos estos años estuve lealmente a su lado, evitando que le corten su cabeza política". Joseph Kinyoun
Joseph K. Houts, Jr., Bisnieto de Joseph J. Kinyoun: Requería mucha resistencia y valentía seguir adelante, eso es lo que él creía. Porque él lo sabía aunque todos dudaban de él.
Narración: Apenas nueve meses después de su primer diagnóstico, Kinyoun confirmó la muerte por la peste número 22. Buscando reivindicación, exigió una exhaustiva investigación externa sobre la verdad del asunto. Mientras tanto, las noticias sobre los problemas de San Francisco continuaban propagándose por el país.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Era obvio para todos en el país que San Francisco tenía una epidemia y no lo estaba admitiendo. El gobierno federal y el gobierno estatal de California estaban enfrentados. Así que se llegó a un trato que decía que habría una comisión federal neutral. Tres de los bacteriólogos más prominentes de los Estados Unidos irían al oeste a investigar y a descubrir si realmente había una epidemia de la peste, y si Kinyoun estaba haciendo las cosas bien o mal.
David K. Randall, Autor: Kinyoun estaba buscando reivindicarse. Sentía que estaba a 3200 kilómetros de todos sus compañeros, de la gente en que confiaba. Finalmente había gente a la que le importaba la ciencia y la medicina. Y ahora voy a ser reivindicado y vamos a salvar a miles o a millones de vidas.
Narración: Cuando la comisión de tres hombres llegó a San Francisco a finales de enero de 1901, sintieron la urgencia de su misión. Sintiendo que tenían que ganar acceso al barrio chino contrataron inmediatamente a un traductor e intermediario, un ex secretario de las Seis Compañías Chinas llamado Wong Chung.
David K. Randall, Autor: Él era el vínculo entre los médicos y el gobierno de San Francisco, las Seis Compañías Chinas y el mismo barrio chino.
Narración: La jugada funcionó. Con la ayuda de Wong Chung y con Kinyoun a salvo en la Isla de los Ángeles, la comisión rápidamente pudo obtener lo que faltaba desde hacía meses: no solo confianza, sino acceso. En semanas, confirmaron seis nuevos casos.
Cuando el gobernador Henry Gage se enteró del informe de la comisión, entró en pánico. Hizo rápidamente un viaje a Washington, D.C., acompañado por un ejército cuidadosamente seleccionado de los hombres más poderosos de California: senadores, editores de periódicos y comerciantes.
Marilyn Chase, Escritora: Cuando llegó a Washington, visitó al Director General Walter Wyman, y le propuso un quid pro quo. Dijo: "Limpiaremos la ciudad de San Francisco si mantienen la existencia de la peste en secreto para la nación".
Narración: Ambas partes tenían mucho que ganar. California necesitaba que la Casa Blanca terminara con el asunto que amenazaba con destruir su economía y reputación. Y McKinley necesitaba al estado rico en votos para asegurar su próxima reelección. Todos estaban de acuerdo: así todos ganaban.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Y este trato nefasto se llevó a cabo en la oficina del presidente de los Estados Unidos, McKinley, junto a líderes republicanos, incluyendo a los de California.
Marilyn Chase, Escritora: Y llegaron a un acuerdo con Wyman para mantener lo que el Director General Walter Wyman, llamó un perfecto sello de silencio. Lo mantendrían en secreto.
Narración: El 6 de marzo de 1901, exactamente un año desde la muerte de Wong Chut King, un periódico local imprimió una noticia inesperada y escandalosa.
Titular de un periódico: INFAME PACTO FIRMADO POR WYMAN
Marilyn Chase, Escritora: Los reporteros dieron la noticia sobre este infame pacto firmado por el Director General y el gobernador de California. Y salió a la luz la noticia de este encubrimiento.
Titular de un periódico: REPORTE DE LA PESTE POR FIN VE LA LUZ DEL DÍA
Narración: Wyman se encontró en una posición incómoda. Sin embargo sabía que muchas de las críticas a MHS habían sido exacerbadas por las acciones de Kinyoun. Su supuesta falta de diplomacia era de lo único que hablaban.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Kinyoun tenía que ser el chivo expiatorio. Así que lo echaron de su trabajo sin ninguna explicación.
Titular de un periódico: DR. KINYOUN RECIBE ORDEN QUE LO TRASLADA A ÉL Y A TODAS SUS TEORÍAS SOBRE LA PESTE
Narración: En mayo del 1901, Kinyoun recibió la orden, sin recibir las gracias o previo aviso, de reunir a su familia y mudarse a Detroit. Había pasado dos largos años intentando proteger al país, aparentemente en vano.
Trish Reeves, Bisnieta de Joseph J. Kinyoun: Fue un golpe muy devastador porque básicamente terminó con su carrera científica. No pudo volver a su amado laboratorio. Y creo que eso fue devastador.
Dr. David M. Morens, Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos: Y creo que él creía que había vivido su vida haciendo cosas muy buenas y estaba muy orgulloso de eso. Y creo que el hecho de que lo hayan culpado probablemente fue devastador para él. Porque cuestionaba todo lo bueno que había hecho por tanto tiempo.
Marilyn Chase, Escritora: El Dr. Kinyoun hizo el arduo trabajo de dar con el diagnóstico científico. Simplemente, no pudo fijarlo en la mente de la gente. Y le dolía, estaba indignado. Y como tenía un carácter fuerte, no se fue en silencio. Habló mal de la ciudad, del barrio chino, de todas las autoridades.
Narración: Kinyoun había llegado a San Francisco queriendo impulsar la ciencia y salvar al país. En lugar de eso, lo habían echado de forma humillante mientras el peligro continuaba.
Sin Kinyoun, California recurrió a asuntos más felices. Como parte del trato secreto realizado meses antes, el estado le dio la bienvenida al presidente McKinley con un lujoso viaje oficial con todos los gastos pagados.
Mientras tanto, Wyman buscaba un nuevo oficial de cuarentena. Pero después de la expulsión humillante de Kinyoun, nadie en la comunidad de MHS quería lo que veían como un trabajo imposible.
Finalmente eligió un candidato: Rupert Lee Blue, un médico de 32 años de MHS.
A diferencia de Kinyoun, Blue no era un investigador. No tenía el pedigrí médico ni el entrenamiento de Kinyoun. De hecho, no fue la primera ni la segunda opción de Wyman.
Marilyn Chase, Escritora: Rupert Lee Blue, o Pert, como lo llamaban, tenía la cara redonda y era tímido. Era reservado. Y le encantaban las peleas de boxeo. No solo como espectador, sino como participante amateur. Lo precedían rumores de que era perezoso, ya que uno de sus colegas lo llamaba "inerte". “Pert, el inerte”.
David K. Randall, Autor: Se le conocía como un hombre amable, pero no necesariamente el más habilidoso. Otras personas lo veían como alguien que apenas lograba hacer las cosas, pero es difícil ser crítico de alguien que te cae bien o de alguien amigable.
Narración: El sexto de ocho hermanos, Blue nació tres años después del fin de la guerra civil en una familia pobre, pero respetada, en Marion, Carolina del Sur.
David K. Randall, Autor: Blue no tenía prácticamente nada y se crio en el campo. Salía a caminar con sus hermanos, rompiendo sandías con su puño y comiéndolas ahí mismo en el campo. Él sabía que no era el hijo favorito. Su hermano mayor, Victor, era un héroe de guerra. Y los padres idolatraban a Victor. Rupert Blue sintió que si el propósito de Victor era lastimar, quizá su propósito era curar. Así que estudió medicina. Fue a una de las primeras escuelas de medicina públicas de los Estados Unidos. Le escribió cartas a su mamá que decían: "No creo que pueda lograrlo. Apenas puedo sobrevivir". Y se graduó a duras penas de la escuela de medicina.
Narración: Blue se unió al cuerpo de oficiales del Servicio de Hospitales de la Marina. MHS representaba una aventura con propósito, la oportunidad de ver un mundo más grande que el de su infancia, y poder enfrentar enfermedades de las que solo había leído en la escuela. Como oficial de cuarentena, le siguió la pista a la fiebre amarilla en Galveston, monitoreó enfermedades infecciosas en Milwaukee, e investigó posibles casos de la peste en Roma.
Marilyn Chase, Escritora: Tenía que trabajar duro. Habiendo perdido a su padre por una enfermedad, tenía que enviarle dinero a su madre viuda y a sus hermanas adolescentes.
David K. Randall, Autor: Así que trabajaba en MHS, y también tomaba otros trabajos como editor de un boletín médico para intentar ganar más dinero.
Narración: Su nuevo puesto en San Francisco, el centro comercial de la nación y de Asia, fue un gran paso adelante respecto al monitoreo de la carga en el lago Michigan. Fue una gran oportunidad para probarse a sí mismo aunque viniera con obstáculos aparentemente insuperables.
El barrio chino no confiaba en MHS y en sus agentes. Los líderes de la ciudad cuidaban sus propios intereses.
Los oficiales estatales todavía se rehusaban a admitir que la enfermedad existía. Para junio de 1901, había habido un total de 34 muertos oficiales por la peste, así que Blue no tenía tiempo que perder.
Marilyn Chase, Escritora: Lo primero que hizo fue mudarse a la ciudad e instalar un laboratorio en la calle Merchant en el barrio chino, y se sentía cómodo ahí.
David K. Randall, Autor: Literalmente entraba a los negocios y comenzaba a hablar con la gente e intentaba generar amistades y crear vínculos sociales. Y Kinyoun, cuando iba al barrio chino, necesitaba la protección de oficiales armados. Blue caminaba las calles solo.
Narración: Blue siguió con Wong Chung, el intérprete que había ayudado a la comisión federal. Y como sabía que los muertos del barrio chino parecían desaparecer misteriosamente, habló con Wyman para pedirle un gasto inusual.
David K. Randall, Autor: Pidió un caballo y un coche para tener su propio servicio de morgue, y poder encontrar cadáveres e inspeccionarlos lo más rápido posible. Blue también le pagaba a los traductores chinos lo mismo que a los miembros blancos del equipo, lo cual era algo radical para la época.
Marilyn Chase, Escritora: Se encontró dependiendo cada vez más de su traductor, Wong Chun. No solo como traductor e intérprete, sino como una especie de intermediario cultural. Así que Wong Chung ayudó a Dr. Blue a entender la resistencia de la comunidad a la medicina occidental.
Narración: Con Wong como su leal intermediario, Blue cambió el duro protocolo de su predecesor. Desinfectó solo casas particulares, no calles enteras. Solo ponía en cuarentena a la familia inmediata, y limitaba el encierro al menor tiempo posible.
David K. Randall, Autor: Era alguien que estaba dispuesto a escuchar, lo cual es una gran habilidad. Él sabía que no era el más inteligente. Sabía que no necesariamente tenía el conocimiento que tenían otras personas, pero estaba dispuesto a intentarlo todo.
Narración: Pero lo que Blue descubrió fue inquietante. En el mes de julio, tres prostitutas japonesas que trabajaban en el borde del barrio chino murieron. Blue se preocupó porque las mujeres tuvieron contacto con docenas de clientes desconocidos. ¿Cuántos había? ¿Adónde se fueron? A Blue le aterrorizaba la idea de que la enfermedaD estuviera a punto de explotar exponencialmente, y se lo admitió a Wyman.
Voz leyendo un telegrama de Rupert Blue al Director General Walter Wyman: "No será fácil rastrear la fuente de esta infección. Los chinos parecen saber de un caso sospechoso y se van como pulgas". Rupert Blue
David K. Randall, Autor: En un mapa grande detrás de su escritorio, comenzó a poner marcas rojas donde había una víctima confirmada de la peste. Se convirtió en una obsesión el intentar prevenir la aparición de más marcas rojas en su mapa, pero también tratar de encontrar alguna conexión entre las víctimas.
Narración: Durante el resto del verano, Blue continuó explorando pacientemente el barrio chino, siempre en busca de más casos.
El 11 de septiembre de 1901, tras una pista de Wong Chung, Blue y sus hombres tuvieron una rara oportunidad. En el sótano de una tienda encontraron a un hombre de 28 años con síntomas de peste y se lo llevaron al Dispensario Tung Wah para observarlo.
Marilyn Chase, Escritora: Los amigos del paciente estaban a punto de trasladarlo para evitar el papeleo, las inspecciones, las intervenciones. Pero la pista de Wong Chung le permitió a los doctores prevenir esta evasión.
Narración: Era la primera vez que Blue tenía la oportunidad de examinar a un paciente vivo. Hasta ahora, los chinos nunca habían confiado en MHS para cooperar. Blue fue capaz de aislar al hombre e interrogarlo sobre sus contactos para poder aprender cómo se propagaba la enfermedad.
Gracias a la discreta diligencia de Wong Chung, el barrio chino comenzaba a cooperar. Casos que habían escondido o diagnosticados erróneamente estaban saliendo a la luz, llevando a una ola de otros diez diagnósticos confirmados.
Voz leyendo las palabras de Rupert Blue: "Estoy trabajando como un troyano, y confío que mi trabajo será recompensado. Todavía estamos trabajando discretamente, evitando fricción con el estado y con los chinos". Rupert Blue
David K. Randall, Autor: Pronto encontró más y más víctimas. Veía víctimas vivas. Veía a las víctimas antes de que las pudieran esconder. Comenzó a notar el alcance del problema.
Marilyn Chase, Escritora: Así que Wong Chung jugó un papel crucial y corrió muchos riesgos. Los doctores que negaron la existencia de la peste pueden haberle informado a los mafiosos del barrio chino que Won Chung estaba colaborando. Un traidor a su comunidad.
David K. Randall, Autor: Poco después, alguien intentó matarlo. Y él tuvo que correr por su vida.
Marilyn Chase, Escritora: Fue necesaria la intervención de Washington para que Wong Chung estuviera a salvo y pudiera hacer las visitas con los médicos.
Narración: Durante 18 meses, Blue, como Kinyoun antes que él, estaba confundido por el bajo número de muertes, pero ninguno de los dos veía el cuadro completo. Blue comenzó a darse cuenta de que los doctores blancos en todo San Francisco, cediendo a la presión política, estaban dando diagnósticos equivocados a propósito para minimizar los números reales.
Voz leyendo las palabras de Rupert Blue: "La poca cortesía, la apatía particular, y al fin y al cabo, la interferencia, han caracterizado al Consejo de salud estatal en un momento de gran peligro para el pueblo. La erradicación de la enfermedad podría ser algo imposible y el peligro de una permanencia indefinida podría ser mayor". Rupert Blue
Narración: Para el otoño de 1902, el número de casos oficialmente diagnosticados se había triplicado.
En la reunión anual de Consejos de Salud en New Haven, Connecticut, todos hablaban de San Francisco. California seguía negando la existencia de la peste, en directa contradicción al MHS y a los periódicos.
Marilyn Chase, Escritora: Otros estados comenzaron a dar votos de censura y declaraciones de condena contra el estado de California, contra el gobernador Gage y la negación de la peste. Y algunos radicales incluso exigieron que trasladaran los centros de la Armada a Seattle. Esto era algo grave. San Francisco no quería arriesgar una pérdida de poder. En este momento, la negación de la peste se volvió costosa. California se había quedado sin opciones. Era hora de enfrentarlo, limpiarlo y erradicarlo.
Narración: La responsabilidad de controlar la peste estaba completamente en manos de Blue.
Marilyn Chase, Escritora: El conocimiento de boxeo de Blue le enseñó a esquivar, a analizar a sus oponentes, anticipar su próximo movimiento, a darle una ventaja a su estrategia.
Narración: Ahora miraba su mapa por enésima vez. Cada cuadra del barrio chino había tenido un caso confirmado. Pero el pasado septiembre, una lavandera blanca sin conexión con el distrito, había muerto de la peste y vivía a una cuadra.
Blue se dio cuenta de que había estado ignorando algo que había estado frente a él todo ese tiempo. El misterio de cómo la peste había diezmado a Europa y a Asia durante siglos finalmente comenzaba a resolverse.
Rev. Harry Chuck, Activista Comunitario: Para nosotros, cuando éramos niños, uno de los mejores pasatiempos era pescar en el muelle, que llegaba casi hasta el barrio chino. Y los barcos estaban atracados en el puerto y tenían unas sogas enormes. Uno veía ratas. Las ratas salían de los barcos y bajaban por las sogas. Y algunas se caían al agua. Otras lograban llegar al puerto. Se escapaban, eran rápidas.
David K. Randall, Autor: Las ratas son maravillas biológicas en muchos sentidos porque pueden sobrevivir casi todo. Y pueden reproducirse increíblemente rápido.
Película sobre las ratas: Y tan solo un par de ratas, reproduciéndose sin trabas, se convierten en 1500 en un año.
Narración: En su laboratorio, Blue había descubierto gérmenes de peste en ratas muertas
que habían disecado. Entonces se le ocurrió la posibilidad de que las mismas ratas propagaran la enfermedad al moverse por la ciudad. Aunque todavía no sabía cómo.
David K. Randall, Autor: Y se dio cuenta de que la única forma en que salvarían a San Francisco sería si mataran tantas ratas como fuera posible. Así que se concentraron en la erradicación de las ratas.
Narración: Gracias al trabajo de Wong Chung con la comunidad las Seis Compañías Chinas accedieron a que todos los negocios del barrio chino trabajaran con las autoridades sanitarias.
Voz leyendo un fragmento del periódico Chung Sai Yat Po Daily: "La gente no debería tener miedo. Estos médicos son muy amables. Su objetivo principal es ir por las ratas". Chung Sai Yat Po Daily
Marilyn Chase, Escritora: El estado fue asignado a contratar inspectores. La ciudad pondría trampas y cebo envenenado para ratas. Y trataron de involucrar a todos los ciudadanos en la recolección de las ratas. Ofrecieron 10 centavos por rata, incluso 50 centavos por una hembra. Pueden imaginar que era una gran suma.
David K. Randall, Autor: Y la gente se involucró y empezó a llevar ratas. Blue comenzó a buscar dónde viven las ratas. Dejemos la menor cantidad posible de lugares para anidar. Las aceras de madera proveen muchos lugares para anidar. Entonces las arranca y pongamos aceras de concreto. Al mismo tiempo, derribemos estos restos del pasado, los edificios que seguían desde la fiebre del oro. Y pongamos edificios más modernos en su lugar.
Narración: Para la primavera de 1905, habían renovado el barrio chino. El equipo de Blue se desmanteló al concluir su trabajo, y él fue enviado a un nuevo puesto en Virginia. Sin casos nuevos en más de un año, todos pensaban que la peste estaba finalmente bajo control.
Del conteo oficial de 119 casos confirmados, 104 víctimas fueron asiáticos y 15 no lo fueron.
David K. Randall, Autor: Creo que podemos decir que el verdadero número es probablemente diez veces mayor o aun más.
Marilyn Chase, Escritora: Es muy probable que subestimaran el número exacto de casos de peste porque estaban enfocados racialmente en los asiáticos.
Marilyn Chase, Escritora: Poco después de las 5:00 AM, del 18 de abril de 1906 un gran terremoto sacudió la ciudad. Habría sido un 7.9 en la escala de Richter, un terremoto extremadamente peligroso, especialmente en una ciudad de edificios de ladrillo sin reforzar que simplemente se derrumbaron.
Los edificios cayeron, los pisos colapsaron. La ciudad se incendió, las cañerías se rompieron. Las reservas de agua no podían usarse contra el fuego. En un intento desesperado por detener las llamas, la ciudad recurrió a colocar cargas estratégicas para controlar el fuego. Eso ayudó un poco, pero algunos malhechores dinamitaron el barrio chino indiscriminadamente, destruyendo aun más edificios.
Narración: Más del 80% de San Francisco quedó destruido, incluyendo casi todo el barrio chino.
Marilyn Chase, Escritora: Tres mil personas murieron inmediatamente. Casi un cuarto de millón de heridos, cientos de miles sin hogar.
David K. Randall, Autor: Y hubo refugiados que de repente tenían que vivir en lugares como el parque Golden Gate u otros campamentos improvisados.
Marilyn Chase, Escritora: La gente vivía en carpas. La gente vivía en una aldea de carpas construida por la Cruz Roja.
Narración: El ejército y la Cruz Roja repartían galletas y leche. Pero cuando se corrió la voz de que no ayudarían a los chinos, la comunidad nuevamente volvió a ocuparse de los suyos.
Cuatro años antes, el comerciante Lew Hing se había mudado de San Francisco.
Bruce Quan, Jr., Bisnieto de Lew Hing: Lew Hing decidió abrir una fábrica en Oakland, lejos de San Francisco. Se había cansado de ser acosado por los medios blancos, de tener que competir contra fábricas de blancos que habían formado un cartel para tratar de quebrar las fábricas independientes, particularmente la de Lew Hing porque se había convertido en alguien importante en el negocio de los enlatados.
Cuando el terremoto golpeó el 18 de abril, a los chinos de San Francisco no les ayudaron las agencias de blancos y no tenían adonde ir. Así que muchos chinos fueron a un pequeño asentamiento chino en Oakland donde mi bisabuelo tenía terrenos vacíos alrededor de su fábrica. Luego contrató gente para cocinar y pudo alimentar a miles de chinos.
Narración: San Francisco se tambaleaba para recuperarse de la devastación. Y las consecuencias seguían aumentando.
David K. Randall, Autor: Hubo problemas instantáneos de saneamiento. Si no habías muerto por el terremoto o por los incendios, podrías morir de difteria o viruela, o alguna otra enfermedad que apareciera rápidamente.
Marilyn Chase, Escritora: Con las cañerías rotas, las ratas, incluyendo algunas infectadas con la peste, fueron liberadas a la ciudad para darse un festín de basura sin recolectar y reproducirse en las ruinas. Así que una vez más hubo un resurgimiento de ratas y de peste.
Narración: Trece meses después del terremoto, San Francisco tuvo su primera muerte por peste en tres años. Para el verano, había seis más. Wyman le mandó un telegrama inmediatamente a Blue, ordenándole regresar a San Francisco.
Marilyn Chase, Escritora: En una casa victoriana en una calle residencial, Dr. Blue armó su nueva base, y de ahí manejó su centro de operaciones.
David K. Randall, Autor: El problema que encontraron muy rápidamente era que la peste ya no era un problema del barrio chino, era un problema de San Francisco.
Narración: En marcado contraste con el pasado, ahora había una sola víctima china: el presidente de las Seis Compañías Chinas.
David K. Randall, Autor: Y fue entonces que Blue comenzó a escuchar que los doctores blancos decían: "Quizá he visto casos de la peste anteriormente y pensé que era neumonía”. O “quizá sabía que era la peste y no quería admitirlo". Y esto solidificó para Blue la idea de que esta era una enfermedad del medio ambiente.
Bruce Quan, Jr., Bisnieto de Lew Hing: La peste bubónica comenzó a aparecer en todo tipo de comunidades en la zona de la bahía. Y la gente se dio cuenta que todos podían contagiarse.
Narración: Blue preparó una zona de trabajo dedicada a la horrible tarea en cuestión.
Marilyn Chase, Escritora: Detrás del edificio federal había un anexo que fue conocido como la Ratería. Y la Ratería era esencialmente un laboratorio forense solo para ratas.
David K. Randall, Autor: Ahí es adonde llevaban los cadáveres de ratas. Y diseccionaban y abrían rata por rata y las examinaban buscando señales de la peste. Y registraban qué porcentaje de ratas estaban infectadas.
Narración: Para el otoño, había 30 nuevas muertes por peste. Blue y sus hombres aceleraron su campaña, matando más de 13 mil ratas por semana. Todo ese tiempo, siguió probando nuevos métodos para ver cómo se propagaba la enfermedad en la ciudad.
Marilyn Chase, Escritora: Incluso fueron más allá e intentaron analizar los patrones migratorios. Querían descubrir de dónde venían las ratas y por dónde iban. Así que inventaron un programa al que llamaron “Ratas Arcoíris” donde atraparon un grupo de ratas sanas y activas y las tiñeron de rojo, verde o azul, dependiendo del distrito en el que estaban, y las soltaban. Luego trataban de atraparlas en otra parte para descubrir por dónde se movían. Y por supuesto, cuando la escandalosa prensa local se enteró, se hicieron un festín.
David K. Randall, Autor: Los periódicos se burlaron de ellos inmediatamente.
Titular de un periódico: CUIDADO CON LAS RATAS DE COLORES
David K. Randall, Autor: Parecía algo sacado de Dr. Seuss. Y Blue retrocedió muy rápido por esta burla pública. No estaba acostumbrado a eso. Pero siguió intentándolo.
Narración: Entonces un caso local le llamó la atención.
Marilyn Chase, Escritora: Había un médico que había notado un olor feo en su casa. El doctor decidió hacer un agujero en la pared para encontrar la fuente de ese olor desagradable. Y ahí encontró dos ratas muertas. Y dos miembros de la familia se contagiaron de la peste.
Narración: Mientras Blue consideraba los detalles de este caso, recordó leer un informe reciente de la Comisión Británica de la Peste que confirmaba los resultados de un estudio realizado diez años antes.
Marilyn Chase, Escritora: Un científico del Instituto Pasteur, Paul Louis Simond, realizó un experimento. Puso dos ratas en jaulas separadas por una reja. No podían tocarse, una estaba sana y la otra tenía la peste. Y Simond observó que cuando la rata con peste murió, las pulgas saltaron adonde estaba la rata sana para buscar su próxima comida.
May C. Chu, Microbióloga Médica: La peste bubónica se transmite por Yersinia pestis. La pulga es la portadora de Yersinia pestis. Y cuando busca sangre en su huésped natural, regurgita su bacteria y transmite la peste. Y cuando su propio huésped muere, la pulga sale a buscar otro cuerpo, una rata o un humano, y se aferra a él. Siente que es algo caliente. "No me importa lo que sea". Y entonces muerden. Intentan alimentarse porque tienen hambre. Así que la causa de la transmisión entre ratas y humanos era la pulga.
Narración: Blue se dio cuenta de repente que las pulgas jugaban el rol principal en la transmisión de la enfermedad. Ahora entendía que las ratas eran solo agentes de la epidemia por los insectos en su pelaje.
Y las piezas empezaron a encajar: los picos de la epidemia se alineaban con la temporada activa de las pulgas. El desconcertante patrón intermitente se volvió claro como el cristal.
Nayan Shah, Historiador: Así que el bacilo de la peste bubónica se transmite mejor a través de pulgas en ratas que muerden a los humanos. Esa transmisión era lo más importante.
Narración: Así que la erradicación de ratas era muy importante. Mientras seguían reconstruyendo la ciudad, Blue sabía que el apoyo para exterminar las ratas era sólido. Aun así, sin el total apoyo de toda la comunidad, la población de ratas seguiría fuera de control. Era hora de tomar medidas extremas.
Marilyn Chase, Escritora: Rupert Blue, el estratega, entendía que necesitaba el palo y la zanahoria. Se acercaba la Semana de la Flota. Pero Blue le dijo a la ciudad que si no era un lugar sano, le diría al almirante que no era seguro atracar los barcos. Esto era una noticia terrible. Sería como cancelar la Navidad. Que la Gran Flota Blanca tenga prohibida la entrada a San Francisco, y peor aun, que fuera enviada a Seattle, la ciudad rival, habría sido terrible. Así que toda la ciudad debía tomar parte.
En 1908, nació la primera campaña sanitaria verdaderamente pública y comunitaria. Educaba a la población en cosas simples como la forma correcta de tirar la basura. Había que sellar la casa y cuidarse de las ratas. También le enseñaron a los verduleros la forma correcta de almacenar sus productos para mantener limpias las calles de la ciudad. E informaron sobre lo esencial de las precauciones sanitarias.
David K. Randall, Autor: Comenzaron a poner avisos en los buzones. Esto es lo que puedes hacer para salvar a tu ciudad.
Marilyn Chase, Escritora: Y poco a poco, cientos de ciudadanos de todos los estratos, iglesias, templos, hogares, clubes para mujeres, grupos de negocios, todos hicieron su parte.
Narración: San Francisco se puso a trabajar. La infraestructura sanitaria fue reconstruida. Con un bono de $4 millones renovaron el alcantarillado, y se instaló la recolección y deshecho de basura municipal. Hasta los periódicos locales apoyaban la campaña de sanidad publicando los nombres y direcciones de los que no cumplían. Al final, Blue logró que inspeccionaran más de 20 mil casas. Atraparon o encontraron muertas a un número incalculable de ratas. Pero de las que se examinaron, solo 16 estaban infectadas. La epidemia estaba desapareciendo. Con un trabajo agotador y un mensaje enfocado, Blue finalmente cerraba esta página en la enfermedad.
La pregunta que atormentaba a Kinyoun y a Blue, "¿Por qué la peste no crecía exponencialmente?", al fin había sido resuelta.
Marilyn Chase, Escritora: Es muy interesante que teníamos el mismo germen que fue tan letal durante la peste negra. El mismo germen que había destruido poblaciones en China y la India, y lo que pudo haber salvado a la ciudad de un desastre mucho mayor era una pequeña parte de un órgano dentro de la pulga.
David K. Randall, Autor: En lugares donde hubo una explosión de la peste, había una especie diferente de pulga de ratas. Su anatomía era ligeramente distinta. Inyectaba más bacilo de la peste en la víctima que picaba. En San Francisco, la picadura inyectaba una dosis menor, haciendo más difícil que se convirtiera en la enfermedad en estado avanzado. Fue solo esta diferencia en la anatomía de la pulga
lo que previno millones de muertes en Estados Unidos.
Narración: Febrero de 1908 vio el último caso diagnosticado de la peste bubónica. Por primera vez en casi ocho años, San Francisco podía celebrar. Y el 6 de mayo de 1908, la Gran Flota Blanca entró a la bahía de San Francisco.
Marilyn Chase, Escritora: La gente se paró sobre colinas y promontorios para ver esos magníficos barcos dorados y blancos enviados por Theodore Roosevelt. La gente ondeaba banderas y festejó toda la semana. No solo celebraba a la Gran Flota Blanca y al poder naval, sino el renacimiento de San Francisco como ciudad sana. Y fue un esfuerzo del que todos formaron parte.
Narración: El barrio chino celebraba su propia victoria. Su casi total destrucción durante el terremoto había traído a especuladores blancos que querían apoderarse de la valiosa tierra. Pero no habían contado con la feroz oposición de comerciantes y asociaciones chinas que pelearon con uñas y dientes para controlar cómo querían usar el distrito.
Nayan Shah, Historiador: Luego nos enteramos que tuvieron mucho éxito al convertir el miedo al barrio chino como un laberinto de enfermedad e inmoralidad en un paraíso para los turistas consumidores de clase media.
Narración: El 31 de marzo de 1909, Rupert Blue fue honrado en una ceremonia lujosa en el hotel Fairmont en Nob Hill.
Marilyn Chase, Escritora: El tema de la cena eran las ratas. Había moldes de helado en forma de trampas para ratas. Bebían vino de copas que tenían la forma de tachos de basura. Había referencias visuales por todas partes.
Narración: Fue un guiño de humor negro a las ratas muertas: dos millones en total, casi cinco veces el tamaño de la población humana de San Francisco.
Marilyn Chase, Escritora: Y cuando lo llamaron al estrado para aceptar su regalo y el agradecimiento de la ciudad, parte de la antigua timidez de Blue volvió y dijo: "Es difícil hablar cuando el corazón está lleno". Después de todos sus logros, no sabía qué decir.
Narración: Es posible que la reticencia de Blue surgiera no solo de la humanidad, sino de la deuda que tenía con su predecesor. Era cierto que había podido limpiar San Francisco y deshacerse de las ratas de la ciudad. Pero Kinyoun era el que había insistido en que el problema existía, a un costo personal muy alto.
David K. Randall, Autor: Blue fue considerado un héroe y continuó su trayectoria ascendente. Se convirtió en el cuarto Director General de Salud Pública de EE.UU. Tenía un pensamiento progresivo. Era alguien que promulgaba un mejor tratamiento de los enfermos mentales. Promulgó un seguro de salud nacional en una época en la que nadie había escuchado sobre eso. Él vio hacia dónde iba el mundo.
Marilyn Chase, Escritora: La salida del Dr. Kinyoun de San Francisco representó un fracaso de resistencia de las instituciones y las rivalidades. Pero es recordado por traer métodos novedosos para diagnosticar enfermedades infecciosas a Estados Unidos. Es recordado por ayudar a fundar el Laboratorio de Higiene Nacional, el precursor de los modernos Institutos Nacionales de Salud, por lo que se lo reconoció póstumamente como el primer director de NIH.
Narración: Los dos hombres terminaron con la epidemia usando métodos muy diferentes. Pero no solo fue el esfuerzo de Kinyoun y Blue, sino el de la comunidad marginada que logró pelear por sus derechos, lo que llevó a un cambio de paradigma
en la forma en que EE. UU. veía la salud pública.
Nayan Shah, Historiador: Una de las cosas que aprendimos en San Francisco es que la intervención en una pandemia es un acto profundamente político. La ciencia es una dimensión que provee respuestas y provee soluciones, pero está sujeta a la interpretación humana, a la implementación humana.
Charles McClain, Historiador del Derecho: La pregunta que surgió en 1900 es cuál es el equilibrio entre la necesidad pública, la salud pública y los derechos y libertades individuales. Y fue equilibrado de forma terrible.
Marilyn Chase, Escritora: Políticos que buscaban poder y codicia comercial que toma precedencia sobre la salud pública, todo eso retrasó una solución en San Francisco. Al final, necesitamos la colaboración y cooperación de los gobiernos federales, estatales y locales, la participación de la ciudadanía, y entender y aceptar la ciencia.
John A. Powell, Historiador del Derecho: La ciencia es parte de la sociedad en general. En San Francisco, le pedimos a la ciencia que haga algo que no debería hacer. No necesitamos que la ciencia nos diga que deberíamos tratar a la gente con dignidad y amor. Pero la ciencia es un método de investigación. Sabe mucho, pero siempre hay cosas desconocidas.
Nayan Shah, Historiador: Teníamos puntos de vista que estaban en conflicto con la forma en que pensamos la ciencia, con la manera en que lidiamos con una crisis sanitaria, en cómo no darle una causa racial a la enfermedad y desviar la responsabilidad. Pero además pensar: ¿Es posible protegerme de la enfermedad? ¿Es posible erradicar la enfermedad? Y esas son preguntas abiertas.